lunes, 20 de febrero de 2012

Capitulo 15- El pasado puede hacer daño.

Pude ver el miedo en los ojos de Jake y la verdad no entendía el porque. Era una pregunta simple y necesitaba que me la contestara.
   J: me pasó con mi primera novia de verdad, con la que quise de verdad y bueno la traje y mi madre me pillo con ella.
Sentí un poco de celos al escuchar la breve historia de Jake. Noté como se le iluminaban los ojos al hablar de ella, como cada palabra de su boca salia a trompicones mencionando su nombre, se notaba que la había querido.
   E: no pasa nada cariño.
Se acercó levemente hacía mi boca y esta vez le deje besarme, su beso estaba lleno de pasión y eso lo hizo mucho más duradero. Nuestras lenguas jugaban mutuamente intentando ganar al otro acabándolo en risas y miradas llenas de amor y pasión.
Me levanté lentamente agarrada por Jake y empezamos a andar lentamente sin dirección alguna cuando note que me caía en algo blando, no quería pensar lo que era, me daba igual, quería que Jake fuera mío, solo mío.
Me quitó suavemente la camiseta mirándome y besando mi cuello, haciendome sentir como nunca antes nadie lo había echo nadie. Fue bajando poco a poco hasta que llego a la parte de mis shorts y quitó levemente el botón.
Estaba nerviosa, de verdad tenía que estarlo después de ayer? y entontes vino algo en mi cabeza, algo que me paró en seco el corazón, algo que había dejado en el baúl de los recuerdos, algo que quería recordar nunca más y Jake me lo había recordado.
   E: Jake, para.
Una lágrima empezó a bajar por mi mejilla, una lágrima que hacía tiempo me  había prometido a mi misma que nunca más saldría y claro como no, rompí mi promesa como otras muchas. Sentí cono Jake se alejaba lentamente, pude ver su cara de asombro y dolo a la vez, me dolió verla, pero más me dolía aquel recuerdo que había inundado mi cabeza acelerando el latido de mi corazón.
Me levanté lentamente y salí de esa casa mágica. No me importaba estar en sujetador, no me importaba nada, solo quería salir del cuento de hadas para volver a la realidad y poder borrar ese recuerdo.
Sentí como Jake se acercaba a mi lado  intentando no molestarme. Sentí como me abrazaba por la espalda intentado saber que pasaba. Le miré a los ojos y solo pude ver dolor en ellos, dolor por mí y en ese momento no pude contenerme. Salió un leve llanto seguido de respiraciones entrecortadas y pude sentir como Jake me abrazaba y me decía al oído que todo se iba a solucionar. Necesitaba contárselo, pero no sabía como.
   J: princesa, qué te pasa, he echo algo mal?
   E: no, tú no.
   J:  entonces? cuéntamelo.
   E: Jake...
   J: por favor.
   E: esta bien. te acuerdas de Hector, mi ex? pues... hace un año salí con él y fue mi primer amor, nunca había estado enamorada de nadie,  hasta que llego él. Eramos compañeros de baile, nunca me había caído bien hasta que un día nos besamos sin razón alguna, por diversión diria yo, desde ahí empezó todo. Sigo?
   J: sí, quiero saber todo.
   E: empezamos a salir, así de broma hasta que duramos dos años, los mejores de mi vida, Jake te lo puedo asegurar fue feliz con él, pero bueno voy a seguir.Teníamos una competición, pero me lesioné y no pudimos bailar, desde entonces todo se fue a la mierda Jake, todo. Ahora te preguntaras el por qué de mi actitud antes. El día antes de que él rompiera conmigo me obligó a hacerlo, me beso de la misma manera que tu. Yo no quería, no estaba preparada, pero él no me escuchaba, él solo quería conseguir su propósito y no paró hasta hacerme daño, hasta que conseguí huir de él esa noche. Su escusa al dejarme era que ya no me quería, pero veía en sus ojos como la rabia estaba inundada en ellos, como me miraba con asco al no poder haber conseguido su propósito. Me llevó meses comprender que le había perdido, no quería escuchar a nadie que no fuera él. Intentamos ser amigos, pero nunca funcionó, me odiaba. Hasta entonces no quería volver a enamorarme de nadie más hasta que llegastes tú con tu moto, con tu valentía y tu flipadez. Jake te amo, eres la persona más importante en mi vida y él esta olvidado ahora en mi vida solo existes tú y nadie más.
   J: me quieres?
  E: por supuesto.
Me giré para poder verle, antes no tenía el valor de hacerlo, pero ahora sí, le amaba y ningún recuerdo iba a alejarme de él. Al mirar si cara vi una lágrima en su rostro. Se la quité y le besé  olvidando todo, recordando solo nuestro amor, me agarro por la cintura y entramos lentamente en la casa y esta vez fui yo la que le tumbé en la cama y le miré, mire su cara, era una cara perfecta, perfecta para mí, era mi chico perfecto.
Esta vez recordaba todo, sus caricias en mi espalda cuando entraba poco a poco en mi y sus mordeduras por mi cuello y sobre todo ese cosquilleo que sentía al tocar cada parte de mi cuerpo.
Me desperté sola en aquella casa mágica miré a mi alrededor y solo pude ver el atardecer por la ventana. Me puse el biquini, unos shorts y salí al patio y pude observar como estaba tumbado en una toalla cerca de la orilla de la piscina, no me había dado cuenta de que estábamos al lado de ella. Me acerqué lentamente sin hacer ruido y le empujé suavemente viendo como su cara de tranquilidad cambiada a asombro y luego de miedo, pero deje de mirarle cuando calló a la piscina. Pasaron segundos, minutos y él no salía.
Me acerqué lentamente asustada y de repente Jake subió a la superficie  de la piscina y grito como un loco.
   J: Elisabeth, te arrepentirás!
No sabía donde meterme ni donde esconderme. Jake corría detrás de mí gritando y riéndose y bueno yo, estaba echa un manojo de nervios.
Corriendo hacia un parque pude sentir como algo vibraba algo en mis shorts, era mi móvil. Al meter la mano para cogerlo pude sentir como un escalofrío llenaba mi cuerpo centrándose en un nombre, en una llamada, en una persona del pasado.

domingo, 5 de febrero de 2012

Capitulo 14- Una noche mágica.

Mis ojos no daban crédito a lo que veían, era la escena más hermosa que había visto en mi vida y la que posiblemente no volvería a ver.
Toda la habitación estaba diferente, no había nada que me recordara a aquella habitación pacifica , la habitación de Jake,  estaba llena de pétalos de rosas rojas por el suelo, las velas estaban puesta de manera que hiciera un pasillo para llegar a la cama  y en ella había un enorme corazón hecho con pétalos de rosas blancas, era todo precioso.
Me gire para ver la cara de Jake, pero en ella solo podía ver una sonrisa, esa sonrisa que me enamoraró y lo seguirá haciendo hasta el resto de mis días.
   E: qué es esto Jake?
   J: pues... pensé que te iba a gustar, si quieres mando que lo limpien si no te gusta, enserio...
No le deje hablar más, mis piernas empezaron a correr y antes de que me pudiera dar cuenta ya estaban rodeando su cintura, y mis labios besando apasionadamente los suyos. No quería pensar con la cabeza, esta vez no, iba a pensar con el corazón.
Jake empezó a andar lentamente hacía la cama, me dejo suavemente  en ella y pude sentir como los suaves pétalos rozaban mi piel.
Estaba encima mía mirandome, acariciando mi cara y diciendo entre una respiración entrecortada lo mucho que me quería.
   J: Beth, no te quiero obligar a nada de lo que tú no quieras, enserio.
   E: dejalo ya, no arruines esto, tú sigue y no lo pienses.
Todo ocurrió rápido, pero a la vez lento, no sentía nada, mis pensamientos estaban a años luz de esa habitación, cerré los ojos y los volví a abrir cuando ya había oscurecido para volver a dormirme tranquila después de todo lo ocurrido.
 La luz de la mañana me hizo abrir los ojos haciendome despertar en una cama diferente, con un vecino diferente y con sensaciones completamente nuevas para mí. Recordaba sus caricias por mi espalda, sus suaves labios recorriendo todo mi cuerpo, su mirada fija en mi por cada movimiento que hacía temiendo hacerme daño, su último te quiero se quedo grabado en mi mente después de separar nuestros cuerpos, acabando con un suave suspiro. Me día la vuelta y encontré a Jake durmiendo mientras soltaba unos suaves ronquidos. En esa postura era hermoso, no pude contenterme la risa y observé que hizo una mueca de disgusto al oírla y en unos segundos sus ojos se abrieron. Me miró y una leve sonrisa apareció en su cara.
   E: buenos días dormilón.
   J: buenos días princesa.
Me acercó poco a poco y me dio un suave beso mientras acariciaba mi cara.
   J: te amo, eres lo mejor que me pasado. Eres mi vida.
   E: La vida es poco para expresarte lo que siento por ti.
Estábamos a punto de rozar nuestros labios seguido de un beso fugaz cuando entro su madre en su cuarto. Solté un grito ahogado por la sorpresa y al mismo tiempo por la vergüenza de que nos viera en el estado que estamos.
   M: hijo!
   J: joder mamá cuantas veces te he dicho que llames, joder sal.
   M: vestiros ahora mismo, os espero en cinco minutos en el salón, a los dos.
Noté como la mirada de su madre estaba fija en mí, no me caía bien, pero estaba segura que yo  tampoco le caía bien.
Nos vestimos callados, ni si quiera nos dirijimos la palabra, estábamos los dos demasiado sonrojados para pensar, en mi caso era la vergüenza, pero en el caso de Jake era todo lo contrario.
Bajamos por esas escaleras blancas en forma de escarola. Vimos a María sentada en una silla rígida y callada viendo como nos acercabas hacía ella pensando en como poder estropearnos el día.
   M: quiero que me digáis con total sinceridad si habéis hecho actos sexuales arriba.
   J: mamá! quieres parar ya? tengo 20 años, ya soy mayorcito.
   M: no lo parece, no la primera vez que pasa, no podrías al menos esperar a que yo no estuviera en casa?
   J: no, esta es también mi casa, soy mayor de edad y puedo hacer lo que yo quiera, punto.
No entendía nada, no entendía cuando veces había pasado más y con quien y tampoco entendía porque Jake, si sabía que su madre tenía razón porque no se callaba.
Me cogió de la mano y me llevo al jardín, me cogió a caballito, no entendía nada y empezó a correr. Llegamos a una casa entrescondida por una enredadera, parecía mágica.
Cuando entramos en la casa estaba decorada con un toque antiguo, los muebles estaban puestos sin ningún orden, pero parecía que ese era su sitio y eso era lo que lo hacía mucho más mágico.
Me senté en una mecedora de madera e intenté columpiarme con los pies, pero parecía un poco difícil por el estado de la madera.
Miré a Jake y vi esa sonrisa en su cara, pero no me paré en aquella sonira, me paré en  lo único que podía observar y eso único eran los ojos, tenían un brillo especial, un brillo que hacía toda la estancia mágica.
Se me acercó lentamente y me dio un suave beso en los labios seguido por una caricia en la mejilla,  quería seguir esas caricias, quería levantarme y besarle hasta que el mundo se acabara, pero había una cosa que me atormentaba y esa cosa no podía esperar más.
   E: Jake, que es eso a lo que se refería tu madre con lo de que no era la primera vez.
   J: esto...