domingo, 5 de febrero de 2012

Capitulo 14- Una noche mágica.

Mis ojos no daban crédito a lo que veían, era la escena más hermosa que había visto en mi vida y la que posiblemente no volvería a ver.
Toda la habitación estaba diferente, no había nada que me recordara a aquella habitación pacifica , la habitación de Jake,  estaba llena de pétalos de rosas rojas por el suelo, las velas estaban puesta de manera que hiciera un pasillo para llegar a la cama  y en ella había un enorme corazón hecho con pétalos de rosas blancas, era todo precioso.
Me gire para ver la cara de Jake, pero en ella solo podía ver una sonrisa, esa sonrisa que me enamoraró y lo seguirá haciendo hasta el resto de mis días.
   E: qué es esto Jake?
   J: pues... pensé que te iba a gustar, si quieres mando que lo limpien si no te gusta, enserio...
No le deje hablar más, mis piernas empezaron a correr y antes de que me pudiera dar cuenta ya estaban rodeando su cintura, y mis labios besando apasionadamente los suyos. No quería pensar con la cabeza, esta vez no, iba a pensar con el corazón.
Jake empezó a andar lentamente hacía la cama, me dejo suavemente  en ella y pude sentir como los suaves pétalos rozaban mi piel.
Estaba encima mía mirandome, acariciando mi cara y diciendo entre una respiración entrecortada lo mucho que me quería.
   J: Beth, no te quiero obligar a nada de lo que tú no quieras, enserio.
   E: dejalo ya, no arruines esto, tú sigue y no lo pienses.
Todo ocurrió rápido, pero a la vez lento, no sentía nada, mis pensamientos estaban a años luz de esa habitación, cerré los ojos y los volví a abrir cuando ya había oscurecido para volver a dormirme tranquila después de todo lo ocurrido.
 La luz de la mañana me hizo abrir los ojos haciendome despertar en una cama diferente, con un vecino diferente y con sensaciones completamente nuevas para mí. Recordaba sus caricias por mi espalda, sus suaves labios recorriendo todo mi cuerpo, su mirada fija en mi por cada movimiento que hacía temiendo hacerme daño, su último te quiero se quedo grabado en mi mente después de separar nuestros cuerpos, acabando con un suave suspiro. Me día la vuelta y encontré a Jake durmiendo mientras soltaba unos suaves ronquidos. En esa postura era hermoso, no pude contenterme la risa y observé que hizo una mueca de disgusto al oírla y en unos segundos sus ojos se abrieron. Me miró y una leve sonrisa apareció en su cara.
   E: buenos días dormilón.
   J: buenos días princesa.
Me acercó poco a poco y me dio un suave beso mientras acariciaba mi cara.
   J: te amo, eres lo mejor que me pasado. Eres mi vida.
   E: La vida es poco para expresarte lo que siento por ti.
Estábamos a punto de rozar nuestros labios seguido de un beso fugaz cuando entro su madre en su cuarto. Solté un grito ahogado por la sorpresa y al mismo tiempo por la vergüenza de que nos viera en el estado que estamos.
   M: hijo!
   J: joder mamá cuantas veces te he dicho que llames, joder sal.
   M: vestiros ahora mismo, os espero en cinco minutos en el salón, a los dos.
Noté como la mirada de su madre estaba fija en mí, no me caía bien, pero estaba segura que yo  tampoco le caía bien.
Nos vestimos callados, ni si quiera nos dirijimos la palabra, estábamos los dos demasiado sonrojados para pensar, en mi caso era la vergüenza, pero en el caso de Jake era todo lo contrario.
Bajamos por esas escaleras blancas en forma de escarola. Vimos a María sentada en una silla rígida y callada viendo como nos acercabas hacía ella pensando en como poder estropearnos el día.
   M: quiero que me digáis con total sinceridad si habéis hecho actos sexuales arriba.
   J: mamá! quieres parar ya? tengo 20 años, ya soy mayorcito.
   M: no lo parece, no la primera vez que pasa, no podrías al menos esperar a que yo no estuviera en casa?
   J: no, esta es también mi casa, soy mayor de edad y puedo hacer lo que yo quiera, punto.
No entendía nada, no entendía cuando veces había pasado más y con quien y tampoco entendía porque Jake, si sabía que su madre tenía razón porque no se callaba.
Me cogió de la mano y me llevo al jardín, me cogió a caballito, no entendía nada y empezó a correr. Llegamos a una casa entrescondida por una enredadera, parecía mágica.
Cuando entramos en la casa estaba decorada con un toque antiguo, los muebles estaban puestos sin ningún orden, pero parecía que ese era su sitio y eso era lo que lo hacía mucho más mágico.
Me senté en una mecedora de madera e intenté columpiarme con los pies, pero parecía un poco difícil por el estado de la madera.
Miré a Jake y vi esa sonrisa en su cara, pero no me paré en aquella sonira, me paré en  lo único que podía observar y eso único eran los ojos, tenían un brillo especial, un brillo que hacía toda la estancia mágica.
Se me acercó lentamente y me dio un suave beso en los labios seguido por una caricia en la mejilla,  quería seguir esas caricias, quería levantarme y besarle hasta que el mundo se acabara, pero había una cosa que me atormentaba y esa cosa no podía esperar más.
   E: Jake, que es eso a lo que se refería tu madre con lo de que no era la primera vez.
   J: esto...
   

No hay comentarios:

Publicar un comentario